Despierto con el repicar de las campanas
Anunciando que el año viejo se va Con mis doce uvas en cada campanada Alzo la copa de vino con sabor amargo Feliz año mi familia Feliz año mis hijos Feliz año soledad.
Qué tristeza soledad!!! La soledad es como un aleteo de ahogado Como un santuario sin luz Mendigos en los túneles de la oscuridad Acurrucados en los portales de templos sagrados Sin el abrazo de feliz navidad.
Sus amigos fieles Una familia de perros Con lenguaje de aullidos nobles.
El dolor del silencio Me llenan los ojos de lágrimas El pecho de quejidos.
Busco la luz de la esperanza En el manto azul del cielo En las estrellas rutilantes.
Árboles desnudos Que duermen de pie Como la Ceiba de San Francisco Firme como la palma en el llano.
Con un bastón en la mano En un mecedor meciéndome Como el viejo ermitaño Que se niega morir Malaya unos quince años Añoranzas de juventud.
Caracas, Diciembre 2009
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